Además de ser la capital de Eslovenia, Ljubljana es una ciudad que comparte con el visitante sus vestigios de la época romana, como la ciudad de Emona, o el pintoresco Casco viejo, en el que se halla el Castillo Medieval, la Catedral, la Iglesia Franciscana de la Anunciación, edificios de la época barroca italiana, muestras arquitectónicas del Art Nouveau, el Puente del Dragón que cruza el Río Ljubljanica, el imponente Parque Tivoli o las Marismas de Ljubljana.
Siendo Eslovenia uno de los turísticos más emergentes de Europa, Ljubljana como epicentro recibe cada año más y más turismo español y latinoamericano.