Sebastián García (Madrid, 1989) lleva el golf en las venas desde que su familia le inculcó este bello deporte.
"Sebas conoció el golf por nosotros, su padre y yo jugábamos y él venía con nosotros a tirar sus bolas, así conoció este deporte", confiesa su madre, Mª Carmen Rodríguez.
"Tuve la suerte de vivir rodeado de campo, me decidí básicamente por jugar al golf cuando un día mi familia hizo una quedada en un campo de golf. A raíz de ahí me dí cuenta que quería ser profesional del golf, mi sueño era viajar por todo el mundo, por eso cada día que me levanto lo hago con mucha ilusión", comenta Sebas García.
En su tercer año como profesional tuvo la mala suerte de golpearse la muñeca. Se rompió los ligamentos y el cartílago que le llevó a pesar en abandonar: "Creía que se me acababa el mundo y el golf, me abandonaron los sponsors y muchos de mis amigos que creía que me apoyaban, en ese momento te das cuenta de verdad de la gente que está cerca de tí".
No abandonó por su madre: "Cuando le dije que dejaba el golf me comentó que después de todo lo que habíamos sufrido prefería vivir debajo de un puente a que yo lo dejara. Ella cree mucho en mi".