Alejandro Martínez, Víctor Manuel Prieto y Roberto Rodríguez son tres karatecas que con la ayuda de la Federación Madrileña han descubierto que sus capacidades no tienen límites. Tres parakatecas que pese a sus discapacidades han cumplido el sueño de competir en igualdad de condiciones.
Víctor comenzó practicar kárate en 1996 cuando, como cualquier niño de 7 años, su madre, preocupada porque su hijo hiciera alguna actividad deportiva no solo para mejorar su condición física, sino también como vehículo para desarrollar sus capacidades sociales, le lleva al Colegio Público Vicente Blasco Ibáñez de Fuenlabrada donde, entonces Marcelino Rodríguez entrenaba a niños como actividades extraescolares.
Víctor empezó a trabajar duro y, enseguida, se empiezan a ver los resultados. Pronto empieza a despuntar en lo que en un principio se llamaría Kárate Adaptado, que ahora se conoce como parakarate.