Situado en la Sierra Norte de Madrid, Horcajuelo de la Sierra es un pequeño municipio que alberga a poco más de 100 vecinos. Este encantador pueblo no solo destaca por su entorno natural, sino también por su rica herencia cultural, que se refleja en sus dos museos: la Fragua y el Museo Etnográfico.
Recorrer estos espacios es como realizar un viaje en el tiempo, adentrándose en oficios y tradiciones que han marcado la vida de sus habitantes a lo largo de los años.
La Fragua de Horcajuelo es un testimonio viviente de un oficio que, aunque ha caído en desuso, tiene una gran relevancia en la historia del conocimiento humano. Conservada desde su cierre, este taller nos permite observar con detalle herramientas esenciales para el trabajo del herrero.
Desde el enorme fuelle que avivaba el fuego hasta la bigornia, la pila para templar el hierro y una variedad de utensilios como tenazas, martillos y soldadores, cada elemento cuenta una historia.
Además, la fragua ofrece medios audio-gráficos que transportan a los visitantes casi mágicamente a la época en que este lugar estaba en pleno funcionamiento, con un narrador que relata en primera persona la vida cotidiana del herrero.
Por otro lado, el Museo Etnográfico se encuentra en una casa tradicional rehabilitada que respeta fielmente las pautas arquitectónicas de la región. Con muros de mampostería de pizarra y cubiertas de teja curva árabe, el museo es un reflejo auténtico del patrimonio local.
En su planta baja, los visitantes pueden explorar un espacio dedicado a las labores diarias y cotidianas de los habitantes del pueblo. Aquí se encuentran aperos de labranza, objetos para medir grano y preparar harina, así como una artesa y amasadora del pan que los vecinos utilizaban cada 15 días. También se exhiben utensilios relacionados con la matanza del cerdo, resaltando la importancia de esta tradición alimentaria en la vida comunitaria.
La primera planta del museo está dedicada a recrear una vivienda tradicional. Los visitantes pueden observar alcobas, sala, cocina y el horno para hacer pan, todos ellos decorados con objetos y mobiliario que reflejan la sencillez y autenticidad de esta forma de vida. Muchos artículos han sido donados por los propios vecinos de Horcajuelo y pueblos cercanos, enriqueciendo así la colección del museo.
En la segunda planta se expone una variada indumentaria tanto cotidiana como festiva procedente de varios municipios. Este espacio permite apreciar las tradiciones vestimentarias que han perdurado a lo largo del tiempo.
Lo más atractivo es que ambos museos están abiertos al público todos los fines de semana sin ningún coste. Esta es una oportunidad única para disfrutar y aprender sobre el rico patrimonio cultural e histórico de Horcajuelo de la Sierra.