Vídeo: EVA S. CUESTA | Foto:Telemadrid
(Actualizado

En el pulso industrial de Madrid late un corazón cervecero único. Se trata de la fábrica de El Águila en San Sebastián de los Reyes, la última instalación de producción industrial de cerveza en la capital, donde la tradición de 125 años se mezcla con la tecnología para crear uno de los iconos líquidos de la ciudad.

Su historia comenzó lejos de allí, como explica el maestro cervecero Pablo Ruíz mientras nos guía por las entrañas de la planta. "La primera fábrica estaba en la calle General Lacy, cerca de Atocha. Era importante porque la malta venía en tren en aquella época, pero se quedó pequeña y se trasladó la producción aquí", relata.

El secreto de su receta reside en cuatro elementos fundamentales. "Solo hay cuatro ingredientes básicos", desgrana Ruíz. "Una malta de cebada, una malta caramelo, que le da un toque especial. El segundo es el agua, y el agua de Madrid es fantástica para producir cerveza".

El tercero es el "oro verde" de León: el lúpulo, que aporta el amargo y el aroma. Y, por último, "el mágico": la levadura original de la casa, el alma invisible que da carácter a la cerveza.

El último horchatero de Madrid pregonará las fiestas del Pilar en el distrito de Salamanca

El proceso es un ballet de precisión. Todo comienza en los molinos, donde se muele la malta. La harina resultante viaja a la caldera de maceración, donde se extraen sus azúcares. "Aquí lo que estáis viendo es ese mosto braseado, ya dulce. Lo estamos filtrando para eliminar la cascarilla", señala el maestro cervecero frente a las imponentes tinas.

Después de la filtración, el mosto claro llega a la caldera de cocción, donde se añade el lúpulo. El viaje culmina en los tanques de fermentación, donde la magia cobra vida. "Aquí lo que estamos viendo ahora mismo en este tanque es prácticamente la producción de un día. Son 600.000 litros de cerveza y aquí va a estar durante diez días fermentando", explica Ruíz. De ahí, el líquido dorado pasa directamente a la línea de envasado, listo para saciar la sed madrileña.

Docamar, el templo de las bravas, embotella su salsa para conquistar las cocinas de España

El maridaje perfecto: cerveza de Madrid y Tapapiés

Y ¿qué mejor compañía para esta cerveza madrileña que las tapas más castizas? La sinergia es perfecta con eventos como Tapapiés, que este año ofrece 92 tapas repartidas entre el Mercado de San Fernando, el Mercado de Antón Martín y los bares de la zona. "Un botellín y la tapita, riquísimo". Tapas madrileñas con cerveza madrileña: un binomio que, efectivamente, encaja a la perfección.