Los voluntarios Jesús Corrales e Isabel Castillo han compartido su experiencia dentro del SAMUR, donde dedican parte de su tiempo libre a ayudar a quienes más lo necesitan.
Corrales, que está a apenas dos o tres meses de finalizar su vida laboral, trabaja desde hace 40 años en una multinacional francesa de electrónica industrial presente en 20 países. A su amplia carrera profesional suma 4 años como voluntario, una labor que asegura le aporta una enorme satisfacción personal.
En el caso de Isabel Castillo, administrativa en un banco, su incorporación al voluntariado llegó en 2022.
Emprendió entonces una búsqueda que la llevó a una formación que describe como “algo tan bonito que no me lo podía creer”. Hoy, continúa como voluntaria con la misma motivación con la que empezó.
Las historias de Jesús Corrales e Isabel Castillo demuestran que la vocación de servicio puede surgir en cualquier momento de la vida y que el voluntariado sigue siendo una de las formas más valiosas de contribuir a la comunidad.
