La historia de Imperio Reina y su padre José, conocido cariñosamente como Pepe, es un relato de trabajo, paciencia y aceptación.
José recuerda con emoción el momento en que su hijo pasó del monólogo y la comedia al mundo del drag, una decisión valiente que implicó romper con prejuicios sociales y afrontar nuevas miradas.
Imperio Reina aprovechó el encuentro para lanzar un mensaje de gratitud a todas las madres y padres que aceptan a sus hijos tal y como son, apoyándolos en aquello que quieren ser.
José lo resume con sencillez y emoción: educar en libertad es aceptar desde el primer día, acompañar siempre y dar mucho amor, de día y de noche, sin condiciones. Una lección que, asegura, le permite dormir feliz.