El 'testamento digital', la solución al qué pasará con nuestras redes sociales cuando hayamos fallecido

  • En 'Juntos' hemos conocido el caso de Encarna que perdió a su hijo de 30 años y sus perfiles continúan abiertos porque no sabe cómo cerrarlos
Foto: Archivo |Vídeo: Telemadrid

En nuestras redes sociales se encuentran muchísimos datos de todos nosotros, fotos, amigos, información personal de todo tipo... en definitiva, lo que nosotros permitimos que se veas, pero… ¿Qué pasa con todo estos cuanto fallecemos?

Para muchos, es toda una incógnita porque, cuando alguien muere, sus redes sociales continúan activas, aunque hay algunas plataformas que permiten desactivarlas.

Es el caso de Facebook, por ejemplo, que te da la opción de cerrar la cuenta o de convertirla en una cuenta conmemorativa de la persona fallecida.

El coste de este ‘testamento digital’ es de unos 100 euros

Si hablamos de Twitter, para desactivar el perfil solo hay que presentar un certificado de defunción y seguir unos pasos muy sencillos para su cancelación definitiva.

Y para facilitar el trabajo de los familiares, muchas personas deciden hacer lo llamado ‘testamento digital’, donde dejan reflejada su voluntad sobre qué se debe hacer con sus redes sociales una vez que han fallecido.

Por su parte, todas las redes están obligadas a actuar conforme a lo que la persona deje en su legado.

El coste de este ‘testamento digital’ es de unos 100 euros, pero ¿qué pasa con todas esas cuentas que sus propietarios no han dejado legado y sus familiares tampoco disponen de las contraseñas de acceso?

En estos casos, debe ser tutor legal de la persona el que haga la petición a la red social y presentar tanto el certificado de nacimiento como el de defunción para que, así, puedan colgar publicaciones, fotos y seleccionar la imagen de perfil.

“Cuando murió mi hijo yo no supe qué hacer con sus cuentas. No tengo las contraseñas, no sé cómo acceder"

En ‘Juntos’ hemos conocido el caso de Encarna, su hijo de 30 años falleció en 2014 pero sus redes sociales, incluidas las del trabajo, continúan abiertas.

Encarna nos ha confesado que, para ella, es un gran problema que sus redes sigan operativas: “Cuando murió mi hijo yo no supe qué hacer con sus cuentas. No tengo las contraseñas, no sé cómo acceder. Y mi hija tampoco. Ahora, al menos dos veces al año desde que murió, me llaman preguntando por él. Me dicen que quieren hablar con él para entrevistarle de diferentes trabajos y yo lo único que les puedo decir es… y yo también”.

Por eso esta madre ha utilizado el programa de Telemadrid para pedir que alguien le ayuda a poder borrar toda la información digital que hay sobre su hijo en Internet “para evitarle más dolor”.

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