Madrid celebró la festividad de su patrón, San Isidro Labrador y la pradera del mismo nombre se convirtió en el lugar de encuentro de madrileños y forasteros donde poder compartir los manjares propios de estas fechas, como son las rosquillas y los barquillos. Desde la calle Vía Carpetana hasta el Paseo del 15 de mayo, junto al margen oeste del Río Manzanares se extiende una zona de ocio y tradiciones. Una crónica de Marta Zúñiga.