Lleno de ratas, suciedad y en unas condiciones lamentables así se encuentra un colegio abandonado de San Blas que trae de cabeza a los vecinos de la zona. Denuncian que esta estampa que se encuentran a diario está tan sólo a unos metros de una escuela intantil.
El Santa María de Babíos cerró sus puertas y no tardó en ser objeto de saqueo. Primero se llevaron ventanas, tuberías de cobre y todo lo que pudiera venderse en el mercado negro. Después vino todo lo demás.
Un edificio en ruinas. Dentro, restos de droga, botellas, colchones raídos, excrementos. Un foco de infecciones pegado a las instalaciones de una escuela infantil donde cada mañana acuden pequeños de hasta tres años.La historia se repite cada día. A plena luz y por las noches, los ocupantes del edificio fantasma continúan con su ritual.
Si los vecinos les increpan, ellos responden.Las quejas al Ayuntamiento y la Comunidad sólo han tenido de momento una promesa como respuesta: el edificio se limpiará. De momento, toca seguir esperando.