Hasta ahora, el desarrollo de las actuales vacunas frente al coronavirus pandémico se ha centrado en la creación por nuestro organismo de anticuerpos neutralizantes que no solo reducen la gravedad de la enfermedad, sino que también evitan la infección.
Sin embargo, junto a los anticuerpos, nuestro sistema inmunológico también genera una inmunidad celular, “un batallón de células T, –señala el profesor de Virología y Microbiología de la facultad de Farmacia de la universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal– de las que algunas, conocidas como T killers, buscan y destruyen las células infectadas.
Las células T en sí no evitan la infección, ya que entran en acción una vez que el virus se ha infiltrado en el organismo, pero sí son importantes porque pueden representar la diferencia entre una infección leve y una grave que precise de tratamiento hospitalario”.