La génesis de la enfermedad no es solamente un hecho físico, trae aparejado un comportamiento emocional donde “el gesto humano no puede faltar”, señala el doctor Carlos Amaya neurocirujano y presidente del Comité Científico del Profesionalismo Médico del Colegio de Médicos de Madrid. Ahora los pacientes llegan a la consulta médica mucho mejor informados que antes. Los gestos del día a día son muy importantes porque como señala el doctor Amaya en Fórmula Salud “yo le cogía la mano al paciente que tenía que operar, le acompañaba hasta el quirófano y no le soltaba la mano hasta que no estaba dormido”. Que el facultativo entienda al paciente y éste se sienta tratado con humanidad influye enormemente en su sensación de encontrarse en buenas manos y, en consecuencia, en su percepción de seguridad.