“El Ministerio de Sanidad alerta sobre el uso de cigarrillos electrónicos porque se publicitan como inocuos; sin embargo, suponen un riesgo para la salud, asociado tanto al uso como a la exposición al aerosol que emiten". Así lo afirma el especialista en tabaquismo y responsable del programa de Prevención y Control del Cáncer en el Instituto Catalán de Oncología, Esteve Fernández.
Según la última encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España, Estudes (de 14 a 18 años), el 50% de los jóvenes habían probado el cigarrillo electrónico, cuando en la anterior encuesta (de hace dos años) era sólo del 20%. Este es el riesgo que los especialistas quieren evitar y por eso se plantean el endurecimiento de la ley contra el tabaco para lograr, “como han hecho ya otros países como Nueva Zelanda –apunta el doctor Esteve Fernández—conseguir en 2030 la primera generación sin humo de tabaco. Para ello en el país oceánico han prohibido la venta de tabaco a todos los nacidos en 2009”.
Este tipo de iniciativas como aumentar, por ejemplo, espacios de uso público y privado libres de humo contribuiría igualmente a la reducción de riesgos por fumar y eso no solo supondría reducir cánceres como el de pulmón, sino también reducir la incidencia de procesos respiratorios graves como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica o el enfisema pulmonar que causan mucha patología.