A pesar del desconocimiento que aún hoy tenemos sobre el SARS CoV-2, es evidente que un sistema inmune debilitado influye negativamente en la evolución del COVID y otras enfermedades. La práctica de actividad física se ha evidenciado como eficaz tanto para la prevención como para una evolución positiva de diferentes patologías, desde las cardíacas hasta la diabetes pasando por el asma, el cáncer o la COVID entre muchas otras.
Una medida elemental, señala en Fórmula Salud el doctor Luis Fernández Rosa, es entrenar con pulsómetro y marcar los límites para no poner en riesgo el corazón. Y es que “cualquier práctica deportiva debe hacerse bajo control porque también el ejercicio puede tener efectos adversos y entrañar riesgos para la salud”