Arquitectura saludable

  • Entrevista a Adam Bresnick, profesor de Proyectos Arquitectónicos y de Fin de Grado en la Escuela Politécnica de la universidad CEU San Pablo

Diversas investigaciones afirman que pasamos de media entre un 80 y 90% de nuestra vida en espacios cerrados, y esto afecta de distintas maneras nuestra salud. Se trata de una correlación que la pandemia de 2020 ha puesto de relieve y que nos debe poner en alerta para posibles nuevas amenazas para nuestra sociedad.

“La pandemia, asegura rotundo Adam Bresnick, profesor de Proyectos Arquitectónicos y de Fin de Grado en la Escuela Politécnica de la universidad CEU San Pablo, ha marcado un antes y un después a la hora de valorar la importancia de que nuestras viviendas y edificios de trabajo tengan un balcón o una terraza.

Una oficina o lugar de trabajo es más sano si se puede ver un cielo y un espacio verde

"Es más sano si se puede ver un cielo y un espacio verde". La luz es un elemento capital en la arquitectura. Cada vez más estudios y arquitectos destacan la importancia de la luz en arquitectura y van convirtiendo este elemento en un imprescindible para sus proyectos.

Como señala el profesor Adam Bresnick, “los miradores de edificios antiguos eran una forma no solo de hacer entrar la luz, sino también de calentar las estancias. Lo mismo ocurre con la ventilación que se cuidaba mucho en los antiguos hospitales para tuberculosos como los de la sierra de Madrid.

El hormigón es más contaminante y la madera está en auge

Eso era vital para mejorar la salud de quienes vivían en ellos”. Por eso mismo, la salubridad de nuestro hábitat es fundamental para la ciudadanía y es más necesario que nunca una arquitectura saludable.

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