El feriante, una persona polivalente y un oficio que pasa de generación en generación

  • Un oficio que ha sido duramente golpeado por la crisis sanitaria
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Todos conocemos a los feriantes, son aquellas personas que se dedican a llevar la diversión a todos los pueblos de la geografía española con sus atracciones y espectáculos, pero no todos sabemos que detrás de esa sonrisa, se esconde un duro trabajo que, en ocasiones, pesa en la espalda como un gran carro del que tirar.

Pero no solo es una forma de ganarse el pan, es un modo de vida para las familias que se dedican a ello y que va pasando de generación en generación hasta el punto de que, muchos de ellos, no conocen otra forma de vivir.

“La feria es un pequeño pueblo, todos nos conocemos y hay un gran porcentaje de lazos de consanguinidad, ya que son pequeños negocios familiares que se heredan de padres a hijos”, nos cuenta Fernando Piqueras, presidente de la Asociación de Feriantes de la Comunidad de Madrid (ACUFCAM).

Unas 600 familias viven de este negocio, cerca de 3.000 personas

¿Qué tipo de persona es el feriante?

“El feriante se puede decir que es una persona autodidacta ya que las atracciones requieren abarcar muchos campos. Muchos de nosotros nos manejamos en oficios como puede ser electricidad, electrónica, hidráulica y un gran etc.”, detalla Fernando.

Y gracias y a esa polivalencia, intentan salir adelante en esta crisis sanitaria que está viviendo el mundo y que hace imposible la celebración de fiestas en los pueblos, impidiendo así a los feriantes poder desempeñar sus trabajos.

"A raíz de esta crisis mucha gente se ha tenido que poner a trabajar en cualquier cosa que han encontrado, sobre todo la gente joven. Las personas mayores lo han tenido más difícil", nos explica el presidente de la asociación.

Piqueras: "No creo que se haya recuperado más de un 2% de la actividad"

Aunque el gremio defiende que, con una correcta limitación del aforo, sería posible que se volviesen a celebrar las ferias ya que son actividades al aire libre que no deberían suponer mayor riesgo para la población.

“Es algo incomprensible cuando todas las recomendaciones son hacer vida en la calle, como es el caso de nuestra actividad. Entendemos que grandes ferias no pueden ser por temas de aforo, pero si otras alternativas más pequeñas”, solicitan desde la asociación.

"Es paradójico que, por esta crisis, los jóvenes son los que han tenido que ayudar a los mayores"