El Real Madrid tumbó al Barça en el primer clásico de la temporada, que se decidió tras una prórroga (87-83), y se llevo su quinta Supercopa Endesa consecutiva, la octava de su palmarés, tras reaccionar en el tercer cuarto con el impulso de Sergio Llull, que permitió con sus triples enjugar una desventaja de diez puntos a favor de los azulgrana.