Un templo del fútbol como Old Trafford decidirá una eliminatoria repleta de igualdad que dejó en su primer capítulo un bello duelo de fútbol entre un Real Madrid amparado en Cristiano Ronaldo, ante un Manchester United que se adelantó gracias a Welbeck y dejó al equipo de José Mourinho en el alambre (1-1). Se vistió de gala el Santiago Bernabéu para vivir una de esas noches mágicas europeas que han dado forma a la leyenda blanca. Todos eran conscientes de que el partido más que de octavos era una final. Todo lo que no sea avanzar a cuartos será un estrepitoso fracaso que dejará la temporada finiquitada con muchos meses por delante. Los primeros que lo saben son los jugadores que demostraron que a la hora de la verdad la motivación mueve montañas.