Nos trasladamos a una ría gallega para descubrir cómo llegan los mejillones a nuestras mesas. A través de las mejilloneras, se gestionan más de 3.000 bateas en activo, que producen más de 250 toneladas al año.
Este tipo de cultivo no resulta perjudicial para el medio ambiente, ya que se basa en técnicas sostenibles que respetan los ecosistemas marinos y fomentan la biodiversidad local.