Toda historia tiene un final y la de Antoine Griezmann con el Atlético de Madrid ya cuenta con fecha, el 1 de julio.
El delantero francés dice adiós, ahora sí, tras cinco años de relación, en los que siempre ha habido rumores de coqueteos. Un juego en el que Griezmann siempre se ha encontrado cómodo. Avivando los rumores de salidas, que él mismo zanjo con un documental al final de la pasada temporada.
Una decisión que parecía definitiva, sobre la que el Atlético de Madrid construyó su futuro y con el mejor sueldo de la plantilla, 23 millones de euros, obligando con ello a una política de millonarias renovaciones.
El club le ha dado cariño, amor que parece no ha sido suficiente. Incluso en el año de sus peores datos con apenas 21 goles, con él el Atleti no ha conquistado ni Liga ni Champions.
Pero ante la nueva oleada de dudas, Diego Simeone confiaba en que continuara. "Es nuestro capitán. Si yo pienso que se puede ir por qué si no hablaría bien de él en estos momentos", señaló esta semana.
Pero Antoine Griezmann quiere más. Un futuro sin títulos ni Balones de Oro no le convence. Tampoco ha ayudado la marcha de su amigo Diego Godín. Razones que han precipitado el divorcio con el Atleti este verano.
