Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Después del gran partido de ida, en el que marcó dos goles, Lionel Messi tenía entre ceja y ceja jugar una nueva final de la Liga de Campeones.

De hecho, ya señaló ese objetivo a principio de temporadas: "Queremos esa copa tan linda". Se marchó de Anfield contrariado, sin saber qué ocurrió tras el 4-0 endosado por el Liverpool.

Messi venía de convertir dos goles clave para Barcelona en el partido de ida, en el que redondeó una actuación fenomenal. Y buscaba su tanto número 27 contra equipos ingleses. Pero terminó con las manos vacías en un equipo totalmente desconcertado.

Tanto es así que la última jugada del partido terminó cortando con una falta una carrera de Fabinho. Tendrá que esperar hasta el año que viene.