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Los dos dogos de Burdeos que acabaron con la vida de su dueña y la hija de esta en una urbanización de Colmenar de Oreja han sido sacrificados, según ha adelantado el diario ABC. Los otros cuatro animales que vivían en la finca familiar también han tenido la misma suerte.

Según el informe emitido por los veterinarios del Centro Integral de Acogida de Animales de la Comunidad de Madrid, los perros reunían una “marcada agresividad hacia personas y otros animales”, además de “ausencia de socialización”. Asimismo, el informe señala que suponían un riesgo para la seguridad al no estar identificados ni vacunados.

Un vecino llegó a denunciar a los perros por su agresividad. Finalmente cambió de domicilio para evitar problemas. Otros vecinos han señalado a Buenos Días Madrid que los dos animales siempre se mostraban agresivos.

El suceso tuvo lugar el pasado miércoles en la calle Ibor, en la urbanización Balcón del Tajo, ubicada fuera del casco urbano del citado municipio. Las dos mujeres fueron encontradas por sus respectivos maridos en el patio de la vivienda.

Allí se encontraban con múltiples mordeduras de perro y los efectivos del SUMMA que acudieron hasta el lugar solo pudieron confirmar el fallecimiento.