Todos nuestros huesos están unidos gracias a las articulaciones, que permiten el movimiento natural de las extremidades y que evitan precisamente su desgaste gracias a ligamentos y líquido sinovial. La luxación o dislocación se produce cuando hay una desunión de las extremidades; en unos casos necesitará de tratamiento quirúrgico y en otros sólo de reparación 'mecánica' de la articulación.