Las altas temperaturas están llevando a muchos madrileños a refrescarse en zonas naturales no autorizadas, a pesar del peligro que esto conlleva.
Los agentes forestales de la Comunidad de Madrid han intensificado la vigilancia en lugares como La Pedriza y Villarejo de Salvanés, donde el baño está prohibido o desaconsejado por seguridad.
Solo en lo que va de año, ya se han tramitado más de diez denuncias en La Pedriza, y el año pasado se contabilizaron más de treinta.
Las corrientes, obstáculos sumergidos y la falta de control sanitario hacen que bañarse en estos espacios represente un riesgo real para la vida.
Desde el cuerpo de agentes forestales insisten en que muchas de estas zonas, aunque atractivas, como los toboganes naturales cubiertos de algas en el río Tajo, pueden ser trampas mortales. Enrique Hernández, jefe de equipo, advierte que ya se han registrado varias muertes por imprudencias.
Además, vecinos como Álvaro, propietario de una finca cercana, confirman que los accidentes son frecuentes, especialmente entre los jóvenes que acuden los fines de semana.
Las autoridades recomiendan acudir únicamente a zonas habilitadas, como el pantano de San Juan, para garantizar la seguridad de los bañistas y preservar el entorno natural.