Vídeo: TELEMADRID | Foto:Telemadrid
(Actualizado

Las obras en la capital y la elevada afluencia de viajeros convierten cada mañana en todo un desafío para Metro de Madrid.

El puesto de mando del suburbano, un enclave estratégico desde el que se gestiona la circulación de todas las líneas, se convierte en el corazón operativo del sistema durante las horas punta.

Entre las 7:30 y las 9:30 de la mañana, los técnicos vigilan especialmente las estaciones con mayor carga de viajeros.

Gregorio Marañón, por ejemplo, es definida por Juan Tébar, Director de explotación ferroviaria de Metro de Madrid, como “el termómetro dentro del estado de la red” al ser punto de intercambio de las líneas 7 y 10.

En sus pantallas se observa el continuo flujo de pasajeros que entran y salen de los trenes, bajo la supervisión de vigilantes de seguridad que facilitan la movilidad en los andenes.

Otras estaciones clave, como Puerta del Sur, reciben miles de usuarios procedentes del sur metropolitano, lo que exige una coordinación precisa para evitar saturaciones.

Metro de Madrid defiende el plan de movilidad ante la obra de la L6: "Es urgente y necesaria"

También están monitorizadas el resto de estaciones con más afluencia de viajeros. “Vadillo, Embajadores y Puente Vallecas son estaciones de mucha carga”.

Además de controlar el movimiento de trenes, desde el puesto de mando se supervisan escaleras, ascensores, tornos y máquinas expendedoras, garantizando que cualquier incidencia se resuelva al instante.

Un trabajo que permite que el transporte funcione con normalidad incluso en los momentos de mayor presión.