El decano de los abogados de Madrid alerta sobre la “ruptura del secreto profesional” en la causa contra el fiscal general
- Defiende la personación de la institución en la causa: “Nadie está por encima de la ley”
El decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), Eugenio Ribón, ha calificado de “agridulce” la primera jornada del juicio contra el fiscal general del Estado, al tiempo que ha reivindicado la necesidad de preservar la independencia de la justicia y el respeto absoluto al secreto profesional.
“Por una parte, es una buena noticia que la justicia funcione y que nadie esté por encima de la ley”, afirmó Ribón, “pero al mismo tiempo es una imagen esperpéntica ver en una democracia avanzada a quien debe ser el primer garante de los derechos de los ciudadanos sentado en el banquillo”.
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“El secreto profesional es sagrado”
El decano explicó que la decisión del Colegio de personarse en la causa “no fue sencilla”, pero que responde a su deber de defender los derechos de la ciudadanía.
“Cuando se quebranta el secreto profesional y se rompe la confidencialidad, se están socavando los cimientos del derecho de defensa”, advirtió. “No es una cuestión gremial, sino un principio esencial para garantizar una justicia imparcial e independiente”.
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Ribón fue tajante al subrayar que no existe justificación alguna para vulnerar el secreto profesional, ni siquiera en el marco de negociaciones entre abogados y fiscales.
“En el momento en que se quiebra esa confidencialidad, se rompe el equilibrio entre las partes y la libertad del abogado para ejercer su función”, añadió.
Críticas a la Fiscalía y a la Abogacía del Estado
El decano del ICAM también criticó la actitud de la Abogacía del Estado y de la Fiscalía del Supremo por “alinearse con el investigado”. “Resulta esperpéntico que, en lugar de ser los primeros interesados en depurar responsabilidades, se sitúen al lado del fiscal general”, señaló Ribón.
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Asimismo, rechazó que se haya calificado el proceso como “inquisitorial”. “Decir eso es una falta de lucidez y un problema de soberbia cuando se trata de una causa instruida por la Sala Penal del Tribunal Supremo, compuesta por los juristas más cualificados de este país”.
“Los fiscales están abochornados”
Preguntado sobre si el fiscal general debería haber dimitido, Ribón evitó pronunciarse directamente, aunque reconoció que la situación “abochorna” a los profesionales de la Fiscalía. “Creo que los más de 2.000 fiscales que ejercen con lealtad y entrega se sienten ahora mismo avergonzados de que quien encabeza la institución siga al frente”, concluyó.
