La inteligencia artificial llega al mundo de óptica para ofrecer una visión a la carta
- Un sistema inteligente analiza tu estilo de vida y adapta las lentes a tus necesidades reales
La inteligencia artificial (IA) ha llegado también al mundo de la óptica, transformando la forma en la que se revisa la vista y se adaptan las gafas a cada persona.
El proceso comienza con una serie de preguntas que permiten conocer el estilo de vida del paciente: si pasa muchas horas frente a un ordenador, si practica deporte o si conduce a menudo.
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La idea es detectar en qué situaciones necesita más ayuda visual, ya que no es lo mismo una persona que requiere un amplio campo de visión a larga distancia que alguien que trabaja en un escritorio.
Tras la evaluación, se determina la graduación necesaria. A partir de ahí, comienza el trabajo de taller.
Los cristales llegan listos para ser tallados y cortados según la forma de la montura elegida. La precisión es clave: se calcula la distancia pupilar para colocar el centro óptico del cristal exactamente donde debe ir. Una máquina se encarga de dar el bisel adecuado para que el cristal encaje perfectamente y no se suelte.
"Es fundamental hacer revisiones ópticas a los niños para evitar fracaso escolar"
Si la montura es de acetato, entra en juego un curioso procedimiento. Se utiliza un “arenero” con pequeñas bolitas de vidrio que transmiten calor. Este calor dilata el material, lo que permite insertar el cristal. Cuando la montura se enfría y vuelve a su tamaño original, el cristal queda firmemente sujeto.
Con la combinación de tecnología avanzada y precisión artesanal, el resultado final son unas gafas hechas a medida, no solo para corregir la vista, sino también para adaptarse al día a día de quien las lleva.
