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Nada que ver con las celebraciones litúrgicas o religiosas. Las fechas emblemáticas de la Semana Santa seguirían su curso y sus ritos. Lo que un grupo de científicos de la Universidad Politécnica plantea es retrasar 21 días el período vacacional y, por tanto, los movimientos y los contactos derivados de esos días de asueto.

Ese pequeño sacrificio se traduciría, según el modelo inventado por estos científicos, en una reducción de hasta 200 muertes diarias.

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En 120 Minutos Rafael Gascón, uno de los investigadores nos detalla en qué consiste la propuesta basada en un modelo científico. "Con este retraso damos pie a que la vacunación se amplíe en más de un millón y medio de mayores de 80 años", explica. Y pone la atención en que este colectivo es uno de los más afectados por la mortalidad derivada del Covid.

Este retraso podría combinarse con otras medidas. "Si el contacto entre personas lo retrasamos tres semanas más y se hace con la población mucho más protegida se eliminan los riesgos y podrían quizá relajarse otras medidas que favorecerían a la hostelería", asegura.