Las dudas de la ciudadanía con respecto a la información publicada tras los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid generó el "poder de convocatoria" en las redes sociales y su "capacidad para alterar las rutinas periodísticas", según un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M).
Eva Herrero, del departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual de la UC3M, analiza "la evolución del uso periodístico" en las redes sociales desde los atentados del 11-M hasta la concentración en la Plaza Puerta del Sol del movimiento 15-M, a partir del 15 de mayo de 2011.
Según una nota de prensa en la que la UC3M informa de la publicación de este estudio, el 11-M generó en la ciudadanía "una duda acerca de lo que cuentan los medios de comunicación tradicionales".
Ante la "incongruencia" entre lo que contaban los medios españoles y los extranjeros con respecto a los atentados, y al "desconfiar de las versiones oficiales", la gente buscó en Internet "información alternativa" en medios no tradicionales, explica la investigadora.
Herrero dice que la respuesta a esa inquietud se tradujo en "una convocatoria mediante SMS (mensajes de texto telefónicos) para pedir explicaciones a los políticos" y que a partir de entonces la ciudadanía generó "una agenda alternativa fuera de las redacciones".
La utilización de las redes sociales por la ciudadanía, según Herrero, generó la "capacidad" de "alterar las rutinas periodísticas" tradicionales hasta el punto de que, hoy por hoy, las redes sociales son una herramienta de trabajo habitual para el 90% de los periodistas.
Las redes sociales, dice la investigadora, generan debates a los cuales recurren los periodistas para conocer "lo que interesa al ciudadano", lo que supone -dice- "un tipo de agenda que ya no se marca en las redacciones".
El resultado del estudio también alude a los "abusos" cometidos por los periodistas en la búsqueda de los temas más comentados en las redes, como consecuencia -dice Herrero- de la "falta de conocimiento" derivada de la "evolución tan rápida que tuvieron las redes sociales".
Las "malas prácticas" periodísticas, dice Eva Herrero, se produjeron en casos como el del asesinato de la joven sevillana Marta del Castillo, con la publicación de imágenes y conversaciones privadas obtenidas de la consulta de su perfil en las redes.
Según algunos datos del estudio, los periodistas usan "más y mejor" estas redes, entre ellas Twitter como la más valorada y usada para fines profesionales, aunque el 90 por ciento de los encuestados para el estudio "desconfía" de ellas y considera que su fiabilidad depende de la forma en que sean utilizadas.
La investigadora cree que, como fuentes, los periodistas deben acercarse a las redes sociales del mismo modo que a las tradicionales, ya que exigen "el mismo contraste que una fuente tradicional".
Los resultados del estudio han sido publicados en el libro "Del 11M al 15M. Periodistas y redes sociales en España", editado por la Universitat Oberta de Cataluya (UOC).