Un grupo de 'hackers' chinos ha atacado este jueves el sistema informático del diario estadounidense 'The Wall Street Journal', apenas un día después de hacerlo con el 'New York Times'.
La empresa editora del 'WSJ', Dow Jones &Co, ha publicado este jueves un comunicado en el que denuncia que 'hackers' chinos han atacado su sistema informático para acceder a la cobertura del rotativo económico sobre el gigante asiático.
"Las pruebas muestran que los esfuerzos de infiltración en nuestro sistema informático estaban dirigidos a controlar la cobertura sobre China, no a conseguir información de clientes ni ventaja comercial", ha sostenido.
Además, ha indicado que "se ha llevado a cabo una revisión completa del sistema informático" y que "se está trabajando con las autoridades y con expertos en seguridad para tomar las medidas necesarias para proteger a los clientes, los periodistas y las fuentes".
Ayer, el 'NYT' denunció a través de un comunicado que desde el pasado mes de septiembre ha sido víctima de varios ataques de 'hackers' chinos, que han conseguido acceder a su sistema informático y conseguir las claves de 53 periodistas, aunque no "información sensible'.
El 'NYT' ha indicado que uno de los periodistas atacados ha sido el jefe de la delegación en Shangai, David Barboza, que dirigió la investigación sobre la fortuna oculta que posee la familia del primer ministro chino, Wen Jiabao, en una red de empresas chinas.
Al parecer, los ataques contra el 'NYT' se han llevado a cabo desde ordenadores instalados en universidades estadounidenses, un truco que el Ejército chino ya utilizó contra distintos contratistas del Ejército del país norteamericano.
Entonces, el 'NYT' ya advirtió de que los ataques en su contra, más allá de la investigación sobre Wen, forman parte de una campaña contra los medios de comunicación estadounidenses.
Gobiernos y empresas privadas de todo el mundo han acusado insistentemente a China en los últimos años de llevar a cabo ataques informáticos para conseguir información sensible o privilegiada, algo que Pekín ha negado.