El espíritu británico se cuela en la nueva edición de Casa Decor, que se inaugura mañana en Madrid, en la antigua embajada británica, un edificio circular donde decoradores y arquitectos presentan sus propuestas para el hogar.
Los colores de la bandera del Reino Unido marcan el camino de acceso a esta cita con la decoración, una inspiración que no se olvida desde el principio y hasta el fin.
Al visitante se le da la bienvenida con la recreación de la fachada de un típico edificio londinense, y, un poco más allá, una entrada al metro y una enorme fotografía con los típicos autobuses nos recuerdan dónde estamos.
Natacha Wapine, directora de Casa Decor, asegura que cada edición concede la oportunidad de exponer su "creatividad" a los interioristas, además de dar a conocer productos "innovadores" y materiales nuevos.
"Es un escaparate por el que pasan 35.000 personas en un mes", comenta a Efestilo, en el que confluyen decoradores consagrados con los más nuevos. Todos ellos se han encontrado, este año, con el reto de decorar "un espacio circular".
Líneas rectas, estilo retro, arte, color y vanguardia y, sobre todo, una especial atención a la luz y los elementos que la reflejan: lámparas singulares, generosas en tamaño e incluso útiles en la cocina son parte de la exposición.
Javier Castilla, Diego Rodríguez, Javier Guzmán o Marisa Gutiérrez son algunos de los nombres que presentan sus propuestas de salones, baños, despachos o cocinas. Wapine indica que, en cada edición, el 70 % de los participantes ya lo había hecho en otra ocasión.
Este es el caso de Beatriz Silveira, que define Casa Decor como un espacio de "libertad" y un "escaparate estupendo" para mostrar su trabajo y hacer lo que "quieras", sin un cliente que te "dé la pauta".
Por contra, para Lluisa Deulonder, en su primera vez en Madrid, se trata de "una asignatura pendiente" ya superada, con su espacio dedicado a la cocina, con sala de comer adyacente y espacio para la colada.
Desde el 17 de mayo y hasta el 23 de junio, se ofrecerán talleres de cocina y decoración, además de un viaje sensorial de la mano de un experto de la firma de perfumes Serge Lutens.
Una degustación de quesos y música en vivo en uno de los restaurantes de la exposición, en horario vespertino, son algunos de los atractivos extras de un recorrido que finaliza en el antiguo despacho del embajador, que Olga Palmero, manteniendo parte de los muebles y un estilo "kitsch", actualiza con el afiche del agente 007 y el casco de un "bobby" británico "olvidados" en la antigua embajada durante el traslado.