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El acusado de saltar sobre 79 lechones dice que fue "una payasada de chaval"
El joven acusado de causar la muerte a 79 lechones en una explotación porcina de Huércal-Overa (Almería) donde trabajaba abalanzándose sobre ellos ha asegurado en juicio que fue "una payasada de un chaval de 19 años" y ha afirmado tajante que no "aplaste a ninguno, ni murió ninguno" a consecuencia de su actuación, que fue grabada en video por un compañero.
"Fue un acto muy feo y me disculpé con el empresario cuando me llamó porque había visto el video en un grupo de Whatsapp", ha señalado D.A.A., quien ha insistido en varias ocasiones en que ninguno de los lechones sobre los que saltó "murió" y que los animales estaban "todos perfectos" cuando los trasladaron a la sala de destete. "Claro que no murió ninguno, si no al día siguiente me hubieran dado las quejas y me llamaron a los cuatro o cinco días", ha apuntillado.
El joven, con 20 días de experiencia en el sector, ha indicado en la vista oral que se ha celebrado en el Juzgado de lo Penal 2 de Almería que "sinceramente no lo hice con intención de matar a ningún animal, que se iban apartando" --si bien estaban en un pasillo estrecho-- y ha manifestado que fue él quien pidió a su compañero, también enjuiciado, que le grabase "sin que supiese lo que iba a hacer".
"No sabía nada cuando empezó a grabar y al poco, apartó el móvil, apagó y me regaño", ha subrayado D.A.A., quien ha cuestionado en varias ocasiones a preguntas de las partes que los lechones que aparecen en el video "sean los mismos" que los que aparecen en el atestado de la Guardia Civil ya muerto. "Los lechones del video tenían pocos días, 21, y los lechones de las fotos tienen marcas de vacunas, que se les ponen a los 50 ó 60 días. Son lechones con distinto engorde, además, no son los mismos", ha remarcado.
En la misma línea se ha pronunciado el segundo encausado, M.R., con un año de experiencia laboral en la explotación porcina y quien también se enfrenta a penas de dos años y medio de prisión por delitos de daños y maltrato animal. Tras apuntar que D.A.A. le dijo "toma, me puedes grabar con esto" mientras le daba el móvil y que pensó que quería grabarse porque era la primera vez que estaba allí con los lechones, ha dicho que "el video no es lo que parece, no hizo tanto, que no hubo muertos y que se cargaron en el remolque normalmente".
"No mató ningún lechón, los que se ven en el video no son los que se ven en las fotos porque no había ninguno marcado, ni vacunado. Quieren achacar los muertos a las lesiones pero no son ellos al cien por ciento", ha destacado M.R., quien ha justificado que no impidiese el "salto en hasta tres ocasiones" de D.A.A. sobre los animales "porque todo fue muy rápido y estaba pendiente de que llegase el transportista para que no abriese la puerta y cayesen al suelo". "Le regañe, y le dije que borrase el video, que íbamos a tener problemas", ha apuntillado.
"GOTEO DE BAJAS"
Por su parte, el propietario de la granja, personado como acusación particular en los mismos términos que el Ministerio Público, se ha ratificado en la denuncia que interpuso tras tener conocimiento de los hechos por el video difundido a través de la aplicación 'Whatsapp' y ha remitido al informe que elaboró el veterinario para asegurar: "no me cabe la menor duda de que murieron por el aplastamiento". "Unos lechones aparecieron muertos, otros tuvieron que ser posteriormente sacrificados por lesiones que eran irreversibles. Murieron paulatinamente y no fue por causas infecciosas".
El veterinario, por su parte, ha confirmado la ausencia de infección en los animales, a lo que no realizó necropsia, y ha remarcado que "fue un goteo de bajas a consencuencia de traumatismos" y que presentaban "sangrías a nivel del abdomen". "Fueron dejando de comer y no se movían hasta que tuvieron que ser sacrificados", ha dicho.
Como testigo de la defensa ha comparecido en juicio, donde se ha visionado el video grabado por M.R. y que protagoniza D.A.A., la persona que se encargó de transportar los lechones a la sala de desteté. Tras reconocer que no estaba presente en el momento de los hechos, ha apuntado que no trasladó "a ningún lechón muerto o herido" y que fue un día "normal". Interpelado por el fiscal, ha reconocido que no poder "afirmar con seguridad" sin embargo que, tal y como aseguran los dos acusados, no fueran los mismos animales los del video que los de la foto. "No lo sé, creo que no son, que son más grandes pero no puedo afirmarlo seguro".
"ACTUACION DEGRADANTE Y OFENSIVA"
En el trámite de informes del juicio, que ha quedado visto para sentencia, las partes han elevado a definitivas sus conclusiones. En su alegato, el Ministerio Público ha considerado que los hechos "son incontrovertiblemente claros", y que la muerte de los lechones "se debió directamente a una acción traumática perfectamente compatible con los saltos". "Es una acción dolosa, ni normal ni lógica. Los animales no se podían apartar porque estaban acorralados y fue una actuación cuyo resultado lesivo era claramente previsible, además de degradante y ofensivo, por no hablar del sufrimiento ya que tardaron en morir varios días", ha apuntillado.
Las defensas han sostenido que existen en la causa "dudas razonables" sobre la relación causa-efecto y han apuntado a que la prueba de cargo queda "desvirtuada" porque hay "duda sobre si los lechones muertos los colocó la empresa para la foto, sobre la edad de los animales o sobre si son distintos a los del video". "No está acreditado que daño imputado como tampoco hay peligrosidad o ensañamiento en la acción", ha dicho la letrada de D.A.A., quien ha aludido al peso de su patrocinado, 65 kilos, para cuestionar que saltando tres veces sobre ellos pudiese causarles lesiones mortales.
El abogado de M.R. se ha centrado en la "ausencia" de connivencia en la comisión de los hechos y en que de "grabar a ser cooperador necesario en una matanza, si es que esta se produjo, hay un abismo". "Puede reprocharse éticamente pero él no saltó, no vio lechón muerto o herido y dice que no son los mismos animales. Ante tal matanza, que nadie se lo comunique al dueño en cinco días, siembra la duda", ha concluido.
PETICION FISCAL
La calificación fiscal atribuye a ambos la supuesta comisión de delitos de daños y de maltrato de animal doméstico, por los que interesa penas de un año y de 18 meses de cárcel, respectivamente. También reclama un año y medio de inhabilitación para cada uno y una multa de 12 euros diarios durante un periodo de un año, mientras que la acusación particular pide tres años de inhabilitación para empleo relacionado con el cuidado de animales.
Al margen de las penas privativas de libertad, pide el pago de una multa de 12 meses a razón de 12 meses al día, y que se les inhabilite por un periodo de cuatro años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga que relación con animales o la propia tenencia de estos.
Según relata en su escrito, D.A.A. y M.R. se encontraban trabajando el 7 de enero de 2016 en la explotación de la empresa Filo Porc SL, en el paraje El Rincón-Los Propios, cuando se dispusieron a trasladar lechones de apenas siete días de vida, desde las "madres de las crías hasta sus correspondientes módulos de recría".
Sostiene que, cuando los animales estaban en localizados en el pasillo de traslado, "fueron situados" por ambos y que D.A.A., de "manera injustificada y cruenta", comenzó presuntamente a "abalanzarse y saltar" sobre los lechones, causando su muerte por "aplastamiento". Mientras, tal y como reprocha el Ministerio Público, M.R., a quien apunta como responsable del traslado, "no hizo nada para impedir la acción de D.A.A. y lo grabó con el móvil de este, para después difundir la grabación por Whatsapp".
La pérdida económica para la explotación porcina fue de 4.740 euros, cuantía con la que interesa que indemnicen, solidaria y conjuntamente, al dueño de la finca.