El papa Francisco aprobó el decreto para la beatificación del arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980, informó la oficina de prensa del Vaticano.
En detalle, el Papa que se reunió con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, aprobó el decreto en el que se reconocía el "martirio" de Romero in odium fidei, es decir, que fue asesinado por "odio a la fe".
El Congreso de teólogos de la llamada popularmente "fábrica de Santos" ya había reconocido "unánimemente" su martirio y quedaba la decisión final por parte del "congreso de los obispos y de los cardenales".
La declaración del "martirio" es decisiva para su beatificación, ya que entonces no es necesario reconocer un milagro, mientras que después continuará la fase para la posible canonización.
En marzo de 1994 se abrió el proceso de beatificación del prelado y tras concluirse su fase diocesana, que redacta el informe sobre la vida, en 1997 pasó a la Congregación de la Doctrina de la Fe para que diese su autorización.
El proceso vivió una fase de estancamiento y sólo en 2005 la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que continuase, mientras que con la llegada del papa Francisco en marzo de 2013 se ha vivido una aceleración a la beatificación de Romero.
Romero, que se caracterizó por defender a los más pobres y desprotegidos, fue asesinado el 24 de marzo por el disparo de un sicario, se cree que ordenado por un escuadrón de la muerte de la extrema derecha, cuando oficiaba misa en la capilla de un hospital para enfermos de cáncer, en los días previos al estallido del conflicto armado salvadoreño (1980-1992).
El pontífice argentino ya adelantó el pasado agosto mientras regresaba de su viaje a Corea del Sur que el arzobispo de San Salvador era un "hombre de Dios" y que no había impedimentos para su beatificación.
Además, el papa Francisco adelantó que tanto el cardenal Angelo Amato como monseñor Vincenzo Paglia estarían bien dispuestos a realizar la ceremonia de beatificación al obispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, durante rueda de prensa que concedió el pasado 19 de enero en el avión papal de regreso de su viaje a Filipinas.