La ONU cree que se hace un "tremendo progreso" para combatir el ébola en África Occidental, pero pide no bajar la guardia para poder erradicar una epidemia que ha causado unos 5.000 muertos.
"El ébola es un enemigo aterrador, y no lo ganaremos persiguiéndolo. Tenemos que ir por delante de él", afirmó ante la Asamblea General de la ONU el jefe de una unidad especial de Naciones Unidas para combatir la epidemia, Anthony Banbury.
Banbury asumió el pasado 19 de septiembre la dirección de la Misión de la ONU para la Respuesta de Emergencia contra el Ébola (UNMEER), creada especialmente para intentar coordinar los esfuerzos internacionales en las áreas más afectadas.
En su exposición, Banbury dijo que han quedado descartados, de momento, "algunos de los peores escenarios de crecimiento exponencial en el número de víctimas" que se habían hecho.
En diciembre pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a decir que a comienzos de diciembre el número de casos por semana alcanzaría un rango de entre 5.000 y 10.000 infectados.
Banbury dijo que ha habido una "significativa mejora" en muchas zonas afectadas, como en el área de Monrovia, la capital de Liberia, el país que tiene el mayor número de infectados.
Recordó que la OMS se había fijado como meta para el 1 de diciembre que el 75% de los nuevos casos de ébola estuvieran bajo tratamiento en unidades especiales, y que el 75% de los entierros se hicieran en condiciones seguras.
Los últimos datos, agregó, indican que se está consiguiendo aislar al 55% de los nuevos infectados y el 87% de los entierros se están realizando en condiciones adecuadas. "Se ha hecho un tremendo progreso, pero aún hay tremendos desafíos", agregó.