La candidatura de Madrid'2020 en Buenos Aires tuvo un líder indiscutible: el Príncipe Felipe. Su intervención ante los miembros del COI fue memorable. Si se ha perdido, no ha sido por él. Su profesionalidad en el discurso final ha demostrado que España tiene en su figura una apuesta de futuro fundamental.
Durante una semana fue la cabeza visible del proyecto. Se remangó, bajó a la arena. Se dejó ver en más de veinte reunione. Lo intentó todo, dio la cara, pero esta sobreexposición no ha tenido consecuencia positiva alguna.
En esta ocasión, la presencia de la Corona no era simbólica como en Singapur o Copenhague. Se pasó a la acción, se mostró al mundo con idéntico resultado a los anteriores intentos de la capital de España.
El Príncipe Felipe dio la cara antes, durante y después de la votación, ya que no se escondió y apareció por el cóctel que la candidatura ofreció y que significó el término del sueño.
A su lado, la princesa Letizia, que en todo momento acompañó al heredero a la Corona.
