Unas trescientas personas han abarrotado la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, del municipio burgalés de Hontoria del Pinar para despedir a Alicia, la bebé de 17 meses asesinada esta semana por un hombre que la arrojó por la ventana en Vitoria.
Entre los asistentes se encontraban el padre de la niña, un joven de unos 20 años y vecino de la cercana localidad soriana de San Leonardo de Yagüe, y miembros de la familia materna, que visiblemente afectados han evitado hacer declaraciones a los periodistas.
El funeral, que ha comenzado a las doce del mediodía, ha sido oficiado por el párroco de la localidad, Antonio Bocanegra, quien ha reconocido a Efe que éste es el caso más terrible que ha tenido que afrontar.
También han acudido a la misa el subdelegado del Gobierno en Burgos, José María Arribas, el alcalde de Hontoria del Pinar, Fracisco Javier Mateo, y el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran.
En declaraciones a la prensa, Urtaran ha transmitido la tristeza y dolor de todos los vitorianos por este terrible asesinato, y ha mostrado su apoyo y solidaridad con la familia. El alcalde de Vitoria se ha dirigido a la sociedad para que hechos como el ocurrido esta semana en la capital vasca no vuelvan a repetirse.
En especial, Urtaran ha pedido a los hombres que respeten "de una vez por todas" los derechos de todas las mujeres y de los menores "como la pequeña Alicia". En este mensaje ha coincidido el alcalde de Hontoria del Pinar, Francisco Javier Mateo, quien ha pedido que entre todos, "administraciones y ciudadanos", se acabe con la lacra de la violencia de género.
"Hontoria ha sido azotada por la barbarie y la sinrazón. Alicia era una pequeña que hasta hace poco corría con nosotros por estas calles y hoy da sus últimos pasos para que Dios la recoja en el cielo", ha afirmado. Mateo ha lamentado que el presunto asesino visitará una vez Hontoria del Pinar, "una herida muy difícil de borrar". Ha agradecido a toda España que haya estado pendiente de Alicia y su familia durante esta semana.
La madre de la bebe, que ha pasado gran parte de su vida en este pueblo burgalés de 700 habitantes, donde vive su padrastro -con el que mantiene muy buena relación-, no ha podido acudir al sepelio al permanecer ingresada en el hospital de Cruces de Bilbao, aunque se espera que pueda ser trasladada a Burgos, donde reside junto a su madre y su hermana, en los próximos días.