El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, ha rendido homenaje a las fuerzas de seguridad y se ha mostrado convencido de que si la sociedad las apoya y permanece unida en defensa de la democracia "el fin definitivo de la violencia llegará", aunque nunca se extinguirá el recuerdo de sus víctimas.
Rodríguez Zapatero, junto al vicepresidente primero y ministro del Interior, rindió hoy homenaje en el Palacio de La Moncloa a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad fallecidos en acto de servicio durante 2010, en un acto que se repite desde hace cuatro años, después de que así lo acordara el Consejo de Ministros en noviembre de 2007.
Entre ellos, el gendarme francés Jean-Serge Nerin, asesinado por ETA en marzo, última víctima de la banda terrorista, y al que ambos se refieron apenas dos días después de la declaración del alto el fuego "permanente, general y verificable". El presidente aseguró que se le homenajea porque era "uno de los nuestros", que se entregaron al servicio a sus conciudadanos incluso a riesgo de perder la vida "a manos de cualquier desalmado, como a él le ocurrió".
Ante los familiares de la última víctima de ETA, proclamó que "si permanecemos unidos, como sociedad, con firmeza y determinación en la defensa de nuestra democracia y nuestros valores, apoyando a las fuerzas de seguridad en el buen trabajo que hacen, el fin definitivo de la violencia llegará". "Llegará el fin de la violencia de ETA, pero la memoria de las víctimas", añadió, "no se extinguirá y perdurará entre nosotros".
El presidente agradeció especialmente la colaboración "ejemplar" de Francia en la lucha contra el terrorismo, y también Pérez Rubalcaba elogió la "imprescindible" labor del país vecino en ese trabajo "codo con codo para lograr un mismo objetivo, que no es otro que el final de ETA".
Para Rodríguez Zapatero, el homenaje es un acto "de memoria, de condolencia y de gratitud" de toda la sociedad española a quienes eligieron una profesión "que puede reportar grandes satisfacciones pero entraña riesgos y exige sacrificios" porque consiste en velar por la seguridad y la libertad de los demás.
También, el vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba expresó en nombre de todos los ciudadanos el agradecimiento y reconocimiento "imperecedero" a quienes murieron por unos ideales que deben ser honrados trabajando para que se hagan realidad.
Al acto asistieron, además de familiares del gendarme francés, de los doce guardias civiles y de los dos policías fallecidos en acto de servicio en 2010, la ministra de Defensa, Carme Chacón, y el titular de Presidencia, Ramón Jáuregui, y representantes de otras instituciones del Estado.
Después de escuchar el himno nacional, se entregó a cada familia el documento oficial acreditativo de reconocimiento y una placa conmemorativa, y concluido el acto el presidente y los demás asistentes se acercaron a trasladar personalmente ese agradecimiento a los familiares.
El acto anual de recuerdo a las víctimas de las fuerzas de seguridad quedó instituido por el Gobierno en diciembre de 2007, unos días después del atentado de Capbreton (Francia) en el que fueron asesinados los guardias civiles Fernando Trapero y Raul Centeno.