El expresidente del Gobierno José María Aznar ha advertido este jueves de que una hipotética reforma de la Constitución "no debe ser el pago a plazos de lo que ahora no estamos dispuestos a pagar al secesionismo catalán", por lo que ha rechazado un cambio en la carta magna para evitar la salida de Cataluña de España.
A su juicio, "lo que está en juego es el pacto constitucional de 1978, el valor de la Transición democrática y, por tanto, la continuidad de una España que hizo de la Constitución el terreno firme del reencuentro entre los españoles".
Lamentó que el nacionalismo catalán "lo ha dado por roto, lo ha destruido", e indicó que "como respuesta no cabe una apelación genérica a la reforma constitucional" como han acordado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. "Si se acepta que se ha roto el pacto de unidad y diversidad, la reforma constitucional no debe ser el pago a plazos de lo que ahora no estamos dispuestos a pagar al contado al secesionismo catalán. Esto es lo que creo que opina la gran mayoría de los españoles, y desde luego es mi opinión", alertó.
Ante esta situación, el expresidente ha llamado "fortalecer la sociedad civil" ante "la mentira de una independencia dorada, gratuita y saludada por todo el mundo". La realidad, a su juicio, "es bien distinta" y ha citado razones como la fractura social, el "descrédito internacional" y "el abandono masivo de empresas que no ven ese paraíso secesionista por ninguna parte".
Aznar ha apelado también a evitar el contagio en la Comunitat Valenciana, una región que "está llamada a tener más influencia" y que "ha sabido hacer de su cultura un activo sin debilitar lo común".
En su intervención, el exjefe del Ejecutivo advirtió de que España atraviesa "un momento crítico de su historia" por la independencia de Cataluña que promueven la Generalitat y el Parlamento autonómico. Por eso, indicó que "nadie puede abdicar de su responsabilidad, sea cual sea el ámbito desde la que la ejerza". "Hemos visto cómo el secesionismo catalán ha ido sobrepasando todas las líneas rojas que creíamos que existían ante un desafío de semejante magnitud a la ley y a la democracia. Hemos visto que los separatistas han interpretado los silencios como síntoma de debilidad y no como muestra de prudencia", dijo.