Una niña de siete años se dedicaba a vender droga en una casa baja del distrito de Puente de Vallecas. Sus padres han sido detenidos tras cerca de tres meses de investigaciones.
La Operación Reja comenzó el pasado mes de febrero, tras las denuncias anónimas de varias asociaciones de vecinos. Se quejaban de que el piso Bajo B del número 26 de la calle de Santa Alicia se había convertido en un punto habitual de venta de droga.
El control de la vivienda por parte de la policía, situada en un edificio de cuatro alturas y con rejas en las ventanas, arrojó que estaba habitada por un matrimonio y sus tres hijos menores de edad. En la venta de la droga, participaba el matrimonio (Manuel S. S. y Jennifer T. V.). Los policías también grabaron en más de una ocasión a la hija menor de la pareja de siete años cómo vendía la droga.
El doctor en Psicología y Ciencias de la Salud Javier Urra instó este lunes a la Comunidad de Madrid y a la Fiscalía de Menores, a través del Instituto de la Familia y el Menor, a decidir el futuro de la niña de 7 años.
El que fuera defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, alegó que los progenitores "tienen que anteponer la droga o los hijos" porque "no son compatibles". "Cuando hablamos de maltrato, el maltrato puede ser una agresión física, pero maltrato es meter a un niño de siete años en el mundo de la droga o que esté con gente que se droga", añadió.
"Eso es poner al niño en una situación clarísima de riesgo. Quizás legalmente no se puede hablar de desamparo, pero sí es una situación que la Fiscalía y el Instituto de la Familia y el Menor tendrán que valorar, si sus padres pueden seguir ejerciendo la guarda y custodia de los niños". "Ser padre biológico no da derecho sobre los hijos. Lo que hace la patria potestad es obligar a educar", añadió.
Urra, que recordó que el Instituto tiene tutelados a 5.000 niños "sólo en Madrid", se felicitó sin embargo porque la policía haya podido actuar en este caso gracias a la colaboración de los vecinos.