Un aparcamiento 'inteligente' de bicicletas creado en plena crisis sanitaria

  • Dos emprendedores madrileños deciden abrir su negocio de movilidad sostenible a pesar de las trabas y la pandemia
  • Han convertido un antiguo taller de automóviles en un estacionamiento que ofrece además mantenimiento y recarga eléctrica
Acceso al aparcamiento de bicicletas
Acceso al aparcamiento de bicicletas |P.O.

Sergio y Paula han decidido que es un buen momento para iniciar una aventura empresarial a pesar de las circunstancias que nos rodean. Su negocio se llama 'CicletaPark'.

Es un aparcamiento para bicicletas que además de ofrecer videovigilancia 24 horas al día y seguro antirrobo, permite realizar pequeñas reparaciones, limpieza de las bicicletas e incluso disponer de taquillas y duchas para los usuarios. Ahora mismo las duchas están clausuradas en cumplimiento de las medidas antiCovid. También hay puntos de recarga porque las bicis eléctricas van creciendo en número.

Bicicletas aparcadas en el Interior de las instalaciones de 'CicletaPark' / P.O.
Bicicletas aparcadas en el Interior de las instalaciones de 'CicletaPark' |P.O.

El local está en la calle Villavaliente, cerca de la Casa de Campo, por lo que muchos de los usuarios son deportistas que acuden a esta zona verde y prefieren dejar su bici allí tras pedalear o limpiarla y guardarla. "Esto era un antiguo taller de reparación de automóviles, de lavado y engrase", explica a Telemadrid.es Sergio.

"Queríamos que fuera sólo un aparcamiento para bicicletas pero la norma municipal de 1963 nos obliga a tener algunas plazas para coches"

El proyecto inicial era convertirlo en un aparcamiento exclusivamente para bicis pero la normativa municipal, de 1963, les ha obligado a mantener algunas plazas para vehículos de motor. "Al abrir tuvimos más coches que bicis, pero ahora es al revés y siguen llegando nuevos clientes", asegura este emprendedor.

En 'CicletaPark' todo funciona con una llave magnética o con una aplicación en el móvil que te permite acceder a tu punto de anclaje. No hay contacto con empleados u otras personas salvo que se coincida con otro ciclista. Las cámaras registran la entrada y la salida, los sensores activan la iluminación y si hay algún problema hay un teléfono de aviso.

El arranque del curso escolar trajo nuevos ciclistas a los colegios de la zona y algunos los ha recogido este estacionamiento privado para las dos ruedas. Otros clientes han bajado sus máquinas de los balcones o las terrazas y las han metido aquí "y ahora las usan más porque algunos edificios no tienen ascensor y era un lío estar arriba y abajo con la bici y si había ascensor era fuente de problemas con los vecinos", le comentan los usuarios a Sergio.