La Guardia Civil ha detenido a cinco personas, en la denominada operación Pox, que habían montado toda una red dedicada a la comercialización ilegal de productos cárnicos sin control sanitario. Tenían un matadero clandestino en San Fernando de Henares y otros en las provincias de Ávila y Toledo. Vendía la carne a restaurantes de Usera o del polígono Cobo Calleja de Fuenlabrada, entre otros. Cuatro restaurantes han sido cerrados preventivamente.
La red tenían a los animales en muy malas condiciones. Los animales eran transportados y sacrificados sin ningún tipo de control sanitario, en condiciones deplorables y sin respetar la normativa de bienestar animal.
En estas actuaciones, desarrolladas en las provincias de Madrid, Toledo y Ávila, se ha intervenido 10.000 euros en efectivo, numerosa documentación, crotales, dispositivos electrónicos, instrumental utilizado para el sacrificio de animales y medicamentos veterinarios. Más de 350 animales han tenido que ser sacrificados al encontrarse en condiciones severas de inanición o con enfermedades y malformaciones irreversibles.
Carne distribuida en restaurantes y a particulares
Parte de la carne procedente de estos sacrificios ilegales era distribuida a través de canales no autorizados. Uno de los detenidos, participaba en el sacrificio de los animales y posteriormente distribuía la carne a nueve restaurantes en la provincia de Madrid, los cuales la incluían en sus cartas e incluso ofrecían su reparto a domicilio a través de plataformas en línea.
Asimismo, se ha constatado que varios de los investigados recogían de forma habitual carne en los mataderos clandestinos para distribuirla entre particulares en diferentes localidades madrileñas, sin ningún tipo de control ni trazabilidad.
Los movimientos ilegales de ganado ovino y caprino al margen de la legalidad representan un alto riesgo para la propagación de enfermedades como la viruela ovina-caprina, contraviniendo las medidas de cuarentena y provocando pérdidas millonarias en el sector ganadero.