La Complutense lidera un estudio para la detección temprana de la artritis reumatoide

  • Los nuevos descubrimientos “podría cambiar las reglas del juego
Cartel de la Universidad Complutense de Madrid
Cartel de la Universidad Complutense de Madrid |UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

La Universidad Complutense de Madrid (UCM) lidera un estudio que ha aportado una serie de avances en el conocimiento de una articulación de la mano, abriendo nuevas vías a la detección temprana de la artritis reumatoide.

El estudio, en el que también participan reumatólogos del Hospital Fundación Jiménez Díaz, ha dado con nuevos conocimientos sobre la articulación metacarpofalángica de la mano, la que une los huesos metacarpianos con las falanges proximales de los dedos y que “es clave” en enfermedades como la artritis reumatoide.

El estudio, publicado en Ultraschall in der Medizin, ha combinado ecografía de alta frecuencia con la disección cadavérica, el análisis histológico e inmunohistoquímico y la exploración en sujetos sanos.

Con ello, se han identificado “con precisión” estructuras internas que “antes se confundían o simplemente no se visualizaban”, según recogen los investigadores en una nota de la UCM. Tras décadas usando el ecógrafo para estudiar esta articulación en pacientes con artritis, “hacía falta” una revisión anatómica “profunda y con las herramientas del siglo XXI”.

Los científicos apuntan que una de las revelaciones “más impactantes” ha sido el papel del mesotenon, un tejido que conecta el tendón extensor de los dedos con la cápsula articular, cuya presencia era, hasta ahora, objeto de controversia.

“El mesotenon no solo existe, sino que parece jugar un papel estabilizador clave y podría estar implicado en las fases más tempranas de inflamación articular”, explican los investigadores.

Por otro lado, destacan el valor del análisis microscópico, que ha permitido comprobar que estructuras como la placa dorsal están formadas casi exclusivamente por colágeno tipo I, sin cartílago ni fibras elásticas, “lo que permite redefinir su función biomecánica”.

Además, han encontrado un patrón vascular “interesante” que “podría tener implicaciones diagnósticas”.

Con todo, concluyen los autores que este enfoque anatomoclínico “podría cambiar las reglas del juego” porque, al entender mejor la morfología y composición tisular de la articulación, a partir de ahora “serán más precisos al detectar inflamaciones tempranas o cambios patológicos sutiles que preceden a una artritis declarada”.