El arzobispo de Madrid, José Cobo, ha hecho un llamamiento este domingo a "desarmar las palabras" y reconstruir la convivencia desde la amabilidad durante la homilía de la festividad de Nuestra Señora de la Almudena, donde ha pedido cultivar la cordialidad en todos los ámbitos --sociales, políticos y eclesiásticos-- para superar "la gran desvinculación" que afecta a la sociedad actual.
Ante los fieles reunidos en la Catedral de la Almudena por el día de la patrona de la ciudad, Cobo ha reflexionado sobre la figura de María como ejemplo de una "alegría verdadera", que no se limita a los "días buenos", sino que sostiene la fe incluso "al pie de la cruz".
"La alegría no es un bienestar barato, ni un júbilo pasajero, ni una foto de Instagram", ha afirmado el arzobispo, al tiempo que ha presentado a María como "maestra para la vida" ante la confluencia entre el júbilo y otras circunstancias "que nos dejan doblegados, inseguros y confundidos".
"Si afirmamos que María es Madre de la alegría, si creemos en el valor de las profecías y en la verdad de las promesas de Dios, si acogemos también hoy nosotros las palabras del ángel, que lo primero que dice a María es 'Alégrate, llena de gracia', entonces no podremos conformarnos con una alegría superficial, temporal y efímera, que dura lo que duran los días buenos. Sin embargo, la alegría verdadera es la capacidad de encontrar un sentido que nos permita avanzar en los días amables, pero también en las horas de la tormenta y de la cruz", ha expresado.
Cobo ha destacado además que la esperanza cristiana "no se camina en solitario", sino que se comparte, como muestra la escena de María y Jesús junto a la cruz.
En ese espíritu, ha llamado a la Iglesia madrileña a estar presente ante "las cruces" de existen hoy en día.
"Hay cruces que reclaman nuestra presencia; el sufrimiento de las nuevas formas de pobreza que aumentan, el incremento de la pobreza infantil y la ampliación de la brecha social, la pérdida de sentido de la vida en los jóvenes, la dificultad para acceder a una vivienda digna incluso contando con la pobreza creciente, la brecha social, las dificultades de vivienda o la pérdida de sentido entre los jóvenes", ha explicado.
En este sentido, el arzobispo ha pedido una respuesta común "desde un corazón que ve", capaz de conmoverse y actuar, para lo que ha señalado que se necesita "imperiosamente" cultivar "la amistad y la cordialidad" como actitudes básicas para la convivencia.
"En esto no valen los gritos, ni los reproches, ni la demonización de quien tiene otra forma de ver las cosas. Tan solo se pide mirar de cara a las cruces y a los ojos de los crucificados, conmoverse y aprender. Es la actitud del humilde que aspira aprender de la realidad", ha trasladado a los fieles congregados en la misa.
"Hoy nos presentamos ante Nuestra Señora de la Almudena, muy distintos y a veces distantes, pero todos le pedimos ser protegidos bajo su mismo manto maternal", ha concluido Cobo, añadiendo que quiere una Iglesia "que no pone límites al amor, que no conoce enemigos a los que combatir, sino solo hombres y mujeres a los que amar"