La Guardia Civil de Madrid ha desarticulado un grupo organizado de traficantes de droga que operaban en la Comunidad de Madrid, formado por siete personas ha informado hoy la Comandancia. En diciembre de 2010 se detectó la presencia de un grupo organizado de traficantes en los barrios de Santa Eugenia y Vallecas.
Los delincuentes eran un clan familiar que se dedicaba a la introducción en España de partidas de cocaína de entre uno y cinco kilos, que eran distribuidas a clientes afincados en distintas localidades de la región madrileña. Los agentes se percataron de que los encartados adoptaban fuertes medidas de seguridad en su vida cotidiana, pese a ser familiares, y también que los intercambios de droga se realizaban en hoteles donde se hospedaban los compradores. A ellos acudían los miembros de la banda, una vez que su correo había traspasado con éxito los controles de seguridad del Aeropuerto de Madrid-Barajas.
La detección de la llegada de un nuevo cargamento de droga desencadenó la primera fase de esta intervención, que tuvo como escenario la Terminal 4 del Aeropuerto, donde fue interceptado, el pasado día 26 de junio, un pasajero colombiano, procedente de Bogotá, que portaba en su equipaje tres kilos de cocaína.
El detenido iba a entregar el estupefaciente a los miembros de la organización en un hotel de Madrid, motivo por el que tres personas fueron detenidas. El registro de sus viviendas, en San Martín de la Vega y Pioz (Guadalajara), permitió hallar cien gramos de la metaanfetamina conocida como "cristal", diez gramos de éxtasis, 1,4 kilos de marihuana y varias máquinas contadoras de billetes y básculas electrónicas de precisión, así como tres coches con los que transportaban los estupefacientes.
En una segunda fase, ya en julio, fueron detenidos el resto de los integrantes del grupo. El grupo principal estaba compuesto por un ciudadano mexicano que, ayudado por su lugarteniente, contactaba con traficantes colombianos para acordar la recepción de cocaína en España. La droga era recogida y custodiada por dos hermanos, que la almacenaban en sus domicilios para revenderla. Como medida de seguridad, y cuando sospechaban que estaban siendo investigados, entregaban la droga a una de sus sobrinas, que la guardaba en su casa.