La Policía Nacional ha detenido en Galapagar a un condenado por el crimen del abogado Alfonso Díaz Moñux en 2008 que se encontraba fugitivo de la Justicia desde finales de noviembre tras no volver a prisión al disfrutar de un salida autorizada.
De nacionalidad colombiana, formaba junto con otras siete personas - cuatro españoles y tres colombianos- una organización criminal dedicada al sicariato y había participado en el encargo de ejecutar al citado letrado por no conseguir la puesta en libertad de un cliente, según ha informado la Policía Nacional.
Tras permanecer oculto desde finales de noviembre, trató de huir a la carrera cuando fue interceptado por los agentes en la localidad madrileña de Galapagar, donde se ocultaba en el domicilio de su pareja.
Ejecutado por sicarios
Se trata de Ibrahim Arteaga Astudillo, que cumple una condena de diez años por ser cómplice del asesinato de Díaz Moñux, el abogado que murió en diciembre de 2008 tras recibir en la nuca varios disparos de arma de fuego en el garaje de su casa.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado lo buscaban desde finales de noviembre al no regresar al Centro de Inserción Social (CIS) de la prisión de Navalcarnero tras disfrutar de una salida autorizada para realizar un curso formativo, según informaron entonces a Europa Press fuentes penitenciarias.
Los agentes descartaron la huida de esta persona a su país de origen y centraron las pesquisas en su entorno familiar y de amistades, comprobando todos sus domicilios a lo largo del territorio nacional. Gracias a ello los agentes pudieron conocer que el buscado tenía una relación afectiva con una mujer de origen colombiano y que residía en Galapagar.
Tras establecerse una vigilancia en las inmediaciones del lugar, localizaron finalmente al fugitivo, que trató sin éxito de darse a la fuga a la carrera cuando fue identificado por los policías.
Organización de sicarios
Los hechos del homicidio por el que se le reclama se remontan al 18 de diciembre de 2008. Entonces, el ahora detenido, junto con otras siete personas, formaba parte de una organización de sicarios que habían aceptado el encargo de ejecutar al letrado.
Realizaron seguimientos y vigilancias a su objetivo para confeccionar un informe con fotografías e información sobre domicilios, horarios y rutinas de la víctima y su pareja sentimental. Dos miembros del grupo dispararon sobre la víctima cuando entraba en coche a su domicilio, falleciendo posteriormente en el hospital.
Uno de sus compinches fue arrestado en el año 2017 en Brasil, país al que se fugó para no cumplir la sentencia impuesta de 23 años de prisión por los hechos antes mencionados. Por su parte el fugitivo ahora localizado ingresó en el Centro Penitenciario de Navalcarnero hasta que el pasado noviembre, mientras disfrutaba de un segundo grado flexible, no regresó al centro y se emitió una reclamación judicial nacional de búsqueda, detención e ingreso en prisión.