Anoche Chinchón terminó el Sábado Santo, como viene siendo ya habitual desde 1969, con su famoso Via Crucis viviente.
Casi 300 vecinos del pueblo se convirtieron en actores durante unas horas para dar vida a 11 escenas de la Pasión de Jesús. Casi todo el pueblo se ha volcado para recrear la Santa Cena, el huerto de los olivos, el calvario y la resurrección.
No faltaba detalle a uno de los via crucis vivientes más famosos de la comunidad, declarado de Interés Turístico Nacional, que atrajo, como cada año, a cientos de turistas y curiosos a los que no defraudaron.
La localidad de Chinchón se transforma en la ciudad de Jerusalén y los visitantes asisten a un Vía Crucis viviente que transmite el sentimiento que envuelve la pasión y muerte de Cristo. Se desarrolla el Sábado Santo al anochecer, y el pueblo, totalmente abarrotado de espectadores, se concentra en los lugares especialmente escogidos donde se representan las distintas escenas