Carmena: Si dejamos morir a personas en el mar abrimos el paso a la violencia

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha considerado hoy que si "cerramos la hospitalidad" y las fronteras y dejamos morir a personas en el mar "estamos abriendo el paso a la violencia" porque, ha dicho, "cuando se trata con violencia lo que se recibe es violencia". Manuela Carmena se ha pronunciado así durante su discurso de apertura del II Foro Mundial sobre Violencias Urbanas con el que la capital busca convertirse en un crisol de paz para el resto de ciudades del mundo.

"Si no somos conscientes de que nosotros la ejercemos (la violencia) cuando consideramos a los demás como objetos y no como seres humanos, siempre tendremos violencia", ha reflexionado la alcaldesa, acompañada por el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y su homóloga de Barcelona, Ada Colau.

"Fallamos, porque no tenemos capacidad suficiente para entender que en pleno siglo XXI hay que afirmar que la violencia no es consustancial al ser humano", ha dicho la regidora madrileña. Y ha pedido además abordar la necesidad de que un ser humano se eduque "en lo sentimental", no solo "en lo formal", para alcanzar así "esa auténtica sensibilidad que tiene que hacer imposible que una persona apriete un gatillo".

Tras poner de manifiesto que Madrid es "una ciudad enormemente tranquila y segura", con solo 7 muertes en el primer semestre del año, Manuela Carmena ha reseñado que tres de ellas han sido mujeres víctimas de violencia machista. "¡Qué vergüenza que no seamos capaces de superar esa lacra inmensa!", ha lamentado.

También ha puesto en valor Carmena que Madrid tiene una historia de "paz" y es además la única ciudad que cuenta con un monumento al abrazo, la escultura que recuerda en Antón Martín a sus "amigos", sus "compañeros" abogados laboralistas de Atocha fallecidos en una matanza a manos de grupos de ultraderecha. "Desde ese mismo momento tuve claro que nunca iba a dejar de hacer todo lo que pudiera para evitar esas muertes absurdas", ha dicho la regidora con la voz entrecortada. "Dejadme que os abrace, dejad que Madrid abrace a todos", ha concluido Carmena.