El segundo robo, por el procedimiento del butrón, se ha producido en una distribuidora de joyería que tiene su oficina en la madrileña calle Alcalá. Este ha sido el tercer intento de robo que sus propietarios han sufrido desde el mes de agosto y el primero en el que los delincuentes han logrado su propósito.
Primero reventaron la alarma y la cámara de seguridad. Después, entraron en la oficina de al lado, de una asociación, donde aprovecharon para robar los cartuchos de toner.
Realizaron un butrón en el tabique y directos a la joyería. Una vez aquí, abrieron con un soplete los armarios de seguridad, que les dieron un botón de más de un millar de relojes, algunos valorados en más de 4.000 euros. Y aunque no pudieron con ninguna de las dos cajas fuertes, vaciaron las vitrinas, de las que se han llevado hasta dos gafas de sol de una conocida marca.
Incluso los ladrones se llevaron 300 anillos de muestra, fabricados en latón y que carecen de cualquier valor destacable.
Ahora los dueños de esta empresa, que se dedica a la distribución de joyas, se están planteando mudarse.
Es la tercera vez desde el pasado mes de agosto que los ladrones intentan entrar. La primera, se quedaron en el local de al lado. En la segunda ocasión les sorprendió la alarma cuando intentaban abrir la puerta de seguridad.