El tribunal que juzga a Breivik analiza los informes contradictorios sobre su salud mental

  • La comisión forense cree que el autor confeso de los atentados de Noruega pudo engañar a los psiquiatras en un segundo examen
  • Los autores del primer informe insisten que Breivik sufre un transtorno psicótico
La sonrisa de Breivik
La sonrisa de Breivik |La sonrisa de Breivik

El tribunal que juzga a Anders Breivik, el autor confeso de los atentados de Noruega analiza ya los informes contradictorios sobre su salud mental

El que determina que Breivik es un esquizofrénico paranoide con delirios de grandeza ha sido acogido con medias sonrisas por el propio acusado que está empeñado en mostrarse como un ideólogo.

UN SEGUNDO INFORME DETERMINA QUE EL ULTRADERECHISTA SÍ ERA RESPONSABLE DE SUS ACTOS

Los psiquiatras que realizaron el primer estudio mental de Anders Behring Breivik reiteraron hoy en el juicio en Oslo que el autor confeso de los atentados del 22 de julio en Noruega es un esquizofrénico paranoide con transtornos psicóticos y que debe ser considerado no responsable penalmente.

Las ideas ultraderechistas de Breivik no tienen relevancia, ya que su principal motivación son las "fantasías violentas" y los "delirios de grandeza", su sensación de estar en guerra y su visión de sí mismo como un "salvador" que se sacrifica por Noruega, explicaron.

"Al leerlo y escucharlo, son los pensamientos violentos los que dominan y controlan su mundo. Durante muchos años ha tenido un deseo genuino de violencia y asesinato más primario y esencial que todas las ideas políticas", afirmó Torgeir Husby, coautor del informe con Synne Sørheim, en una declaración transmitida por el canal NRK.

Breivik cree que debe rescatar a todos de la destrucción "en una lucha entre el bien y el mal" y que ha sido llamado para decidir "quién debe vivir y morir", aunque sitúa la responsabilidad última de sus actos en una "organización inexistente", sostuvo Sørheim.

A partir de las entrevistas con amigos del extremista y con su madre, Husby y Sørheim creen que los primeros "síntomas psicóticos" pudieron mostrarse entre 2002 y 2006, y sin duda desde 2006, cuando dejó el trabajo y rehuyó el contacto social.

Esos síntomas fueron empeorando, y a partir de 2010 se manifestaron también "delirios psicóticos".

Para argumentar esa supuesta deriva mental echaron mano de fragmentos de la entrevista a la madre de Breivik, cuya lectura no fue transmitida por televisión a petición de ésta.

El extremista de 33 años cambió "totalmente" a partir de 2006, cuando volvió a vivir con su madre, y sobre todo desde 2010, rehuyendo el contacto y hablando únicamente sobre el manifiesto que estaba escribiendo y sobre política.

Breivik empezó a obsesionarse con el contagio con extraños y a comportarse "de forma rara y desagradable", aunque su madre nunca pensó que estuviera enfermo, dijeron los psiquiatras, según NRK.

Los psiquiatras atacaron con dureza el manifiesto ideológico de 1.500 páginas elaborado por Breivik -mayormente con fragmentos copiados de otros- y difundido el día de los atentados, criticando su presentación "abiertamente banal e infantil" y "egocéntrica".

"El compendio aparece en algunas partes y como concepto más bien patético y egocéntrico, ya que explica en detalle la vida del acusado desde su nacimiento hasta el día de hoy. Eso da claras sospechas sobre delirios de grandeza básicos y subyacentes que podrían explicar la falta de autocrítica", dijo Husby.

La descripción de los miembros de la orden de Caballeros Templarios, a la que supuestamente Breivik pertenece, y la lucha interna entre tentación y salvación que éste describe en el manifiesto apuntan además a referencias de tipo bíblico.

Durante el juicio, Breivik ha acusado a Husby y Sørheim de manipular sus declaraciones, que no fueron grabadas, y asegura que el 80 por ciento de lo que escriben en el informe es mentira.

Husby y Sørheim señalaron que las observaciones realizadas durante el juicio, que va por su novena semana, no han cambiado su diagnóstico, presentado en noviembre, y se defendieron de las fuertes críticas que ha levantado en Noruega.

En su comparecencia, que se prolongó durante unas ocho horas, defendieron sus métodos y recordaron las circunstancias especiales de su labor, que comenzó un par de semanas después de los atentados, en los que murieron 77 personas, y cuando Breivik estaba aislado.

El juicio continuará mañana con las preguntas de la Fiscalía y los abogados a Husby y a Sørheim y, si da tiempo, comenzará su declaración el equipo de psiquiatras que elaboró un segundo estudio mental con un diagnóstico opuesto.

Las explicaciones de todos los psiquiatras serán fundamentales para determinar si la Fiscalía solicita una pena de cárcel para Breivik, en el caso de que lo considere penalmente responsable de sus actos, o su ingreso en un psiquiátrico, en caso contrario.