La Cámara de Representantes de EEUU, bajo control republicano, aprobó hoy revocar la reforma del sistema de salud aprobada en 2010, cumpliendo así una promesa electoral que, según sus detractores, será desastrosa para la incipiente recuperación económica.
Los demócratas que controlan el Senado no preven debatirla y, de todas maneras, el presidente Barack Obama ha prometido vetarla si llega al Despacho Oval. Con 245 votos a favor y 189 en contra, la revocación se aprobó en la Cámara Baja sobre líneas partidistas, tras un debate que repitió, casi palabra por palabra, los mismos argumentos del año pasado.
Sólo tres demócratas apoyaron la medida, y un legislador se abstuvo de votar. El debate se dividió entre los demócratas que se proyectaron como paladines de la clase media, los trabajadores y jubilados, y los republicanos que advirtieron de la excesiva injerencia del Estado en el sector privado.
La votación, puntualizada con vítores y abucheos en la galería de visitantes, puso fin a siete horas de debate que reflejó las viejas pugnas ideológicas entre demócratas y republicanos sobre cómo resolver las disparidades del complejo y costoso sistema de salud en Estados Unidos.
Promulgada por Obama el 30 de marzo de 2010, la reforma sanitaria es una de sus principales victorias legislativas y supone la mayor transformación del sistema de salud desde la década de 1960.
Para los demócratas, revocarla es moral y fiscalmente irresponsable, porque da marcha atrás a una medida que amplía la cobertura médica, reduce los costos de salud y provee incentivos fiscales a los negocios que proveen ese beneficio a los trabajadores. La solución es corregirla y no desbaratarla por completo, aseguran.
129 MILLONES DE ESTADOUNIDENSES PERDERÁN LOS SEGUROS
Este voto "significa que más de 129 millones de estadounidenses menores de 65 años... perderán su seguro de salud porque tienen condiciones pre-existentes", se quejó la líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Nancy Pelosi, haciéndose eco de un análisis divulgado hoy por el Departamento de Salud.
Pero, desde un mismo libreto, los republicanos replicaron que "Obamacare", como llaman despectivamente a la "Ley de Cuidado de Salud Asequible", no es más que un "socialismo" disfrazado que abultará el déficit nacional. La reforma "es la joya de la corona" del "socialismo" de Obama y los republicanos lucharán hasta colocar en la Casa Blanca a un presidente que la revoque, dijo la republicana de Minesota, Michelle Backmann, respaldada en 2010 por el movimiento conservador "Tea Party".
La noche del martes, en comentarios recién recogidos hoy por la prensa nacional, el legislador demócrata de Tennessee, Steve Cohen, hizo referencia al ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, al acusar a los republicanos de mentir sobre el alcance y contenido de la reforma. "Ellos dicen que el Gobierno tomará control del cuidado de salud, y es una gran mentira, como la de Goebbels (contra los judíos). Repites la mentira suficientes veces y al final la gente termina creyéndosela", afirmó Cohen.
Este voto, aseguran los republicanos, es apenas el primer paso para reemplazar la reforma con una que verdaderamente reduzca los costos de salud y proteja los empleos.
"UN LABERINTO DE EXIGENCIAS Y AUMENTOS DE IMPUESTOS"
En un mensaje a sus votantes en Ohio, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, dijo que la reforma es "un laberinto de exigencias y aumentos de impuestos" que incrementa los costos de salud y perjudica a la pequeña empresa.
A sabiendas de que la medida morirá en el Senado -porque los demócratas no tienen intención de votarla-, los republicanos de la Cámara Baja prevén debatir mañana una iniciativa para que varios comités comiencen a elaborar una alternativa a la reforma sanitaria.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) señala que la revocación añadirá 230.000 millones de dólares al déficit en diez años, pero los republicanos aseguran que ese análisis se basa en fallidas premisas.
Una encuesta adelantada hoy por NBC News y Wall Street Journal muestra a una nación dividida sobre el asunto: el 39 por ciento de los estadounidenses cree que la reforma sanitaria es una buena idea, e igual porcentaje opina lo contrario.
Además, el 46 por ciento de los mil votantes encuestados entre el 13 y 17 de enero pasados se opone a la revocación de la reforma, y el 45 por ciento la apoya, según la encuesta que tiene un margen de error de hasta un 3,1 puntos porcentuales.